jueves, diciembre 08, 2005

Santo

Mi madre trabajó desde los 8 años, se busco sola la ilusión y los medios para no ser analfabeta y a los 19 estudiaba por las noches graduado escolar, bordado y costura en el colegio de la Inmaculada Concepción en nuestra Córdoba. Las monjas la querían mucho y ella las quería a ellas y a la virgen de la capilla, quién le parecía tan preciosa y le agradecía tanto aquella educación gratuita que decidió mirandola poner su nombre a la hija que algun día tuviese. Esas monjas me hicieron el atillo de bebe y unas sabanas bordadas. Yo me bauticé en esa misma capilla donde mi madre daba las gracias por algo que no era otra cosa que su propia valentía y fé ante la vida y esas ganas que aun le rebosan de devorar los libros.
Mi padre era antes de los que piensan que una mujer solo es mujer y hermosa con el pelo largo y mi madre adoraba el precioso pelo castaño de la virgen del cuadro. Así que desde los 7 a los 19 lleve mi melena hasta un poco por debajo de la cintura, fué entonces la primera vez que me lo corte tanto, cuando hice esa trenza que aun ronda por el trastero de mis padres y le dije al peluquero - cortala..., toda!- Todavía tuve por dos años y algo más de tiempo algo en comun con ese cuadro, pero perdí la virginidad y creó que ya no me queda de inmaculado ni el corazón y el alma apenas. Curiosamente y a pesar de mi intención de volver a dejarlo largo ultimamente lo tenía tan estropeado que hace menos de un mes volví a cortarlo y desnudar mi nuca. Pero ese es mi nombre; La que no tiene pecado ni mancha, la que es pura.
Pobre mama y pobres monjitas cosiendo para mi como para la princesa del cuento.¡¡ Vaya fraude!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una historia preciosa.
Pero no te confundas... sí hay algo puro en ti.
Tus palabras
Los pensamientos que nos dedicas
Son frescos, directos y sin ocultar nada.
Hay reside tu pureza, tu autentizidad
1000 Besos

Phoenix´s R dijo...

Sr. Brick,
Tiene usted la virtud y vicio de subirme facilmente los colores. Pero no se quede enganchado a mis palabras. Solo existen en Macondo. Ellas son parte de mi pero yo soy como tu, la suma de muchas historias; Maggie, Antigona, Amaranta, Cyrano y un largo ecetera sumado a Inmaculada